La ética como eje central de la práctica profesional médica (El Observador)
La nueva Presidenta del Tribunal de Ética del Colegio Médico del Uruguay dijo que buscará que su gestión esté a la altura de este “organismo tan prestigioso”; ella y el resto del equipo fueron elegidos por unanimidad por los Consejos Regionales.
La ética en la profesión médica representa, quizás, una responsabilidad más alta que otros trabajos u oficios: se trata de una práctica en la que está en juego la salud de las personas, a las que hay que curar y, sobre todo, cuidar. El Colegio Médico del Uruguay (CMU) lo sabe y para ello cuenta, desde hace más de una década, con un Tribunal de Ética que acaba de nombrar nuevas autoridades, en- cabezada por la Presidenta Diana Domenech, una médica sanducera especialista en medicina familiar y comunitaria.
El tribunal, cuyo mandato es de tres años, está compuesto por cinco personas: además de la Dra. Domenech, figuran el Dr. Hugo Rodríguez, quien también es el secretario, el Dr. Walter Ayala, la Dra. Andrea Simeone y el Dr. Álvaro Medeiros. Rodríguez y Ayala vienen de gestiones anteriores, al igual que el experimentado Dr. Juan Manuel González Rossi, el asesor letrado. Tanto los titulares como los suplentes, cuentan con voz y voto, en tanto el asesor letrado tiene voz pero sin voto.
“Nos sentimos muy honrados de haber sido elegidos para integrar un organismo como el Tribunal de Ética Médica y muy agradecidos con los colegios que confiaron en nosotros”, afirmó la flamante Presidenta de la institución. “Que- remos conjugar esa experiencia y seguir trabajando con la misma objetividad y ateniéndonos a las garantías del proceso que están establecidas para tratar de hacer las evaluaciones adecuadas. Buscaremos seguir en la misma línea de hasta ahora”.
Explicó que los tribunales de ética son propuestos por los Consejos Regionales pero designados por el Consejo Nacional del CMU. “En el caso de la actual gestión fuimos todos elegidos por unanimidad. Y esto nos compro- mete más aun a llevar adelante un mandato que esté a la altura de un organismo tan prestigioso”.
A continuación, Domenech pasó a explicar las funciones del Tribunal de Ética Médica, y para eso comenzó diciendo que fue creado por la misma ley que erigió al CMU, en 2009, y reglamentada en 2010. “Es un organismo que tiene alcance nacional pero se maneja de forma independiente del Consejo Nacional del CMU y de todas sus estructuras”.
“Nuestra competencia atiende a aquellos casos de ética de deontología y diceología médica que así lo requiera el Estado, una persona jurídica, una persona física u otros integrantes del CMU. Tiene la responsabilidad de evaluar y juzgar aquellas responsabilidades éticas del proceder del médico en su ámbito profesional, de acuerdo al Código de Ética Médica, que se aprobó por ley en 2014”, explicó Domenech.
La nueva Presidenta del tribunal dijo además que trabajan a partir de un reglamento que está establecido por ley, que trata de ser “absolutamente garantista” para todas las partes involucradas, tanto para el que presenta la denuncia como para el médico denunciado. “Va a tener derecho a defensa, a presentar pruebas, a una asesoría letrada, a ser tratado desde el principio de la inocencia”.
El Tribunal de Ética del CMU comenzó a funcionar en 2012; en 2019, se publicó un informe sobre los primeros seis años de funciona- miento del organismo, en el que se caracterizan los casos presentados ante el tribunal. En ese reporte, de los 101 casos que se recibieron en ese período, se tomaron 56, de los cuales la mayoría tenían que ver con problemas éticos vinculados al trabajo en equipo.
“Por vínculos entre colegas, o colegas con otros integrantes del equipo de salud, o colegas con instituciones. Se dieron por supuesto en el ámbito asistencial, la mayoría en el servicio de emergencia y urgencia, prehospitalaria y hospitalaria. Y había destaque entre las especialidades quirúrgicas”, ahondó Domenech respecto a esa informe.
“Cuando se llegaba al fallo, en la mayoría de estas denuncias que se habían recibido, el tribunal llegó a la conclusión que no se había demostrado ninguna falla ética. Y en la que sí se había de- mostrado, la mayoría se aplicó la sanción menor, la de advertencia”, continuó la profesional.
Hay cuatro tipos de sanciones previstas por el Tribunal de Ética: la menor, es la advertencia; luego le sigue la amonestación, la sanción educativa, y la mayor, la suspensión temporal del registro.
Domenech reconoció que las denuncias vienen estimuladas por “contextos favorecedores de mucho estrés”. “Lo que se observa es que si realmente el médico incurrió en alguna falta ética en su comportamiento. No hablamos de mala praxis. Sino en la forma de vinculación”, aclaró.“ Dentro de ese Código de Ética Médica, que es nuestra guía mínima, lo que uno hace es ver si en su comportamiento el médico en ese momento se aparta de lo establecido entre las normas éticas”. Y todo es analizado “meticulosamente” por el Tribunal de Ética.
“No deja de ser una cuestión bastante específica”, prosiguió la Presidenta. Siempre se actúa en base a las denuncias, nunca de oficio. En primer lugar, se estudia si el caso resulta admisible o no, y si lo es, se comienza a recorrer el reglamento de procedimiento. También existe un Tribunal de Mediación, para llegar a un acuerdo entre las partes.
Las denuncias se presentan por escrito; y hay un formulario que guía la forma de presentarla. En función de ese formulario, pasa al tribunal de ética y se recibe, y se estudia si es competencia del tribunal o no. “Porque a veces más que falta ética hay situaciones de mala praxis, que es de otra órbita. Pero siempre se da una respuesta”, aseguró la galena. “Luego se sigue todo el proceso, se pasa a la parte denunciante, para que haga sus descargos. Está todo muy detallado, con muchas garantías para las dos partes”, insistió.
Domenech hizo referencia, a su vez, a los desafíos que se presentan para el tribunal en su gestión. Como aspecto primordial para atender de inmediato, señaló la necesidad de “fortalecer la formación de los recursos humanos en salud en los aspectos éticos de la práctica profesional”.
“La Facultad de Medicina, cuando cambió su plan en 2019, agregó contenidos de bioética en unidades curriculares. En posgrado también hay. Pero una vez que se reciben de médico, tenemos que seguir fortaleciendo esos aspectos independientemente de la disciplina que tengan. Todas estas cuestiones las necesitamos a lo largo de todo nuestro ejercicio profesional. Es el mayor desafío. Es una forma de garantizar una adecuada calidad de la atención, un derecho de las personas. Implica el buen vínculo entre médico y paciente, médico y equipo de salud, equipo de salud e institución. El destinatario final es el usuario y la sociedad”.
Fuente: El Observador (Link)