Accidente Cerebrovascular (ACV): Prevención Primaria y Detección Temprana

El accidente cerebrovascular (ACV) es una de las principales causas de muerte y discapacidad en el mundo. Se produce cuando el flujo sanguíneo a una parte del cerebro se interrumpe, ya sea por la obstrucción de una arteria (ACV isquémico) o por la ruptura de un vaso sanguíneo (ACV hemorrágico). La detección temprana y la acción rápida pueden marcar la diferencia entre la vida y la muerte, así como entre una recuperación completa o secuelas graves.

 

Prevención Primaria del ACV

Si bien algunos factores de riesgo del ACV, como la edad y la genética, no se pueden modificar, existen muchas medidas que pueden ayudar a reducir el riesgo de sufrirlo:

1. Control de la presión arterial 

La hipertensión es el principal factor de riesgo del ACV. Se recomienda medir la presión arterial regularmente y mantenerla en niveles adecuados mediante una alimentación saludable, ejercicio y, si es necesario, medicación.

2. Alimentación saludable 

Una dieta equilibrada rica en frutas, verduras, cereales integrales y proteínas magras ayuda a reducir el colesterol y la presión arterial. Se debe limitar el consumo de sal, grasas saturadas y ultraprocesados.

3. Actividad física regular 

Realizar ejercicio moderado 3 veces por semana mejora la circulación sanguínea y reduce factores de riesgo como la obesidad y la diabetes.

4. No fumar y evitar el alcohol en exceso 

El tabaco daña los vasos sanguíneos y aumenta la posibilidad de formación de coágulos. El alcohol en exceso también contribuye a la hipertensión y problemas cardiovasculares.

5. Control de la diabetes 

Las personas con diabetes tienen mayor riesgo de sufrir un ACV. Es fundamental mantener los niveles de glucosa bajo control con dieta, ejercicio y medicación si es necesario.

6. Manejo del estrés 

El estrés crónico y la ansiedad pueden aumentar la presión arterial y el riesgo de ACV.

7. Control del colesterol que es otro de los factores de riesgo

8. Controlarse el pulso, para poder detectar presencia de irregularidades que podrían traducir la existencia de arritmias

 

Identificación Precoz de los Síntomas 

El reconocimiento rápido de un ACV es clave para minimizar sus efectos. Los síntomas aparecen de forma repentina y pueden incluir:

– Debilidad o pérdida de fuerzas en el rostro, brazo o pierna, especialmente en un solo lado del cuerpo.

– Dificultad para hablar o entender lo que se dice.

– Pérdida de visión en uno o ambos ojos.

– Pérdida de equilibrio o falta de coordinación.

– Dolor de cabeza intenso y repentino, sin causa aparente.

 

Regla F.A.S.T. para detectar un ACV

Una forma sencilla de identificar un ACV es recordar la regla F.A.S.T.:

– F (Face/Rostro): Pedir a la persona que sonría. Si un lado del rostro está caído, puede ser un ACV.

– A (Arms/Brazos): Pedir que levante ambos brazos. Si uno cae o no puede moverlo, es una señal de alarma.

– S (Speech/Habla): Pedir que repita una frase simple. Si la persona habla arrastrado o de forma extraña, podría estar sufriendo un ACV.

– T (Time/Tiempo): Si se detecta alguno de estos síntomas, llamar de inmediato a emergencias. El tiempo es clave para minimizar el daño cerebral.

 

Cómo Actuar ante un ACV

1. Llamar inmediatamente a emergencia móvil o trasladarlo al servicio de emergencias. No esperar a que los síntomas desaparezcan por sí solos.

2. Mantener a la persona en reposo y cómoda. No darle comida ni líquidos.

3. Observar los síntomas y anotar la hora en que comenzaron. Esta información será crucial para los médicos.

4. No administrar medicamentos sin indicación médica. Algunos fármacos pueden agravar el cuadro si el ACV es hemorrágico.

 

Conclusión

La prevención del ACV comienza con hábitos de vida saludables. Identificar los síntomas y actuar rápido puede salvar vidas y reducir secuelas. Conocer esta información y compartirla con familiares y amigos es clave para proteger nuestra salud y la de quienes nos rodean. 

 


Dra. Fernanda Sánchez.

Pte. CRN CMU

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